Después de la escuela, a mi mamá de 23 años le encantaba ordeñar la enorme polla de su profesor favorito.La tomaría como una campeona, saboreando cada centímetro.Cuando él se unió a nuestra familia, ella continuó ansiosa su juego travieso, cabalgándolo duro, demostrando su deseo insaciable por su hombría.